domingo, 11 de enero de 2009

Límites estructurales

Quizá, como alguna vez John Gray en su obra mas conocida - "los hombres son de Marte y las mujeres de Venus" - seamos incompatibles y no haya remedio.

En todo caso, creo que debemos aclarar algunas cosas. Los tequieristas somos personas sensibles, amables y nos brindamos por entero, pero vale resaltar que, al igual que el universo de la teoría cuántica, tenemos límites (sí, quizá tan lejanos como ese plano). Estos límites son inciertos y diferentes según la persona que padezca el tequierismo y su tipo (ver tequierismo patológico), pero sabemos a ciencia cierta que estan ahí, pendientes de utilización. El tema es que no lo damos a conocer hasta que no sea el último recurso, como si del "berserk mode" se tratara (para el que no entienda, péguenle un vistazo a evangelion, serie que se recomienda por ser Shinji uno de nuestros integrantes).

Ustedes se preguntaran a que viene esto. Y es a lo siguiente: Nuestra sensibilidad nos permite entenderlas, quererlas, amarlas incluso aunque sea por el breve tiempo que dure la relación, pero ustedes se abusan.

Confunden sensibilidad con mariconada, paciencia con sumisión y amor con locura.

Que las amemos hasta los confines del mundo no quiere decir que puedan hacer de nosotros sus muñecos vudú a costa del sufrimiento de nuestros corazones. Que queramos a cada persona de nuestro circulo social de manera única e irrepetible no significa que seamos inmunes a sus ataques sin causas aparentes.

Somos tequieristas, no emos. Y he aquí la diferencia. No deseamos el dolor que nos causan las rupturas de las relaciones, lo aceptamos porque es inevitable. Porque somos conscientes que una gran demostración de afecto nos deja vulnerables, pero confiamos en que no van a explotar esa grieta que aflora de nuestros corazones, sino que van a ponerle "el pulpito" para que olvidemos que está allí con su presencia.

Lo nuestro es eterna esperanza, no boludez constante. Y a veces, se acaba.

Ahora bien, ¿que pasa cuando se acaba? Normalmente, uno cose un parche a su corazón, le da un par de anfetaminas, y sigue andando. En mal estado, fundido, en 3 cilindros hasta que otra persona se encargue de limar los aros y dejarlo casi a nuevo. Cortamos relación con esa persona, aunque sabemos que con tres palabras nos vuelve todo atrás (otra vez, hay un articulo sobre esto en post anteriores. Y si, o estoy en citador o ya hablamos de casi todos los aspectos importantes, decidan ustedes). La otra opción es pasar del tequierismo al "te odio con toda mi alma, si te cruzo te piso con el auto”, y demás arranques de locura típicos de un corazón rasgado. Este paso es mas doloroso, porque sabemos que no hay vuelta atrás, aunque no seamos nosotros quienes solemos darlo, y en caso de que lo demos, seguro es ley del último recurso.

Bueno, hoy fue mas un desahogo que un ensayo teórico, pero alguien tenia que dejar en claro que no somos Buda. Locos sí, boludos no...

By Lilith

1 comentario:

Anónimo dijo...

TENES TANTA RAZON LILITH

no hay mas que decir.

No nos gusta sufrir. Sufrimos porqe otra no nos queda.. porque en el fondo no somos concientes de que vamos a sufrir, nuestro idealismo nos da paraisos con todas las evas (reales o creadas - guiño guiño) y adanes (embrionarios o en pleno desarrollo) que nos encontramos en la vida.

la cosa es que no tenemos defensas. no hay AT field ni vara de longinus que nos salve.

Y hay mas forras de lo que se cree.

Muchas mas.

(no es tan dificil discernir un corazon roto.)

Salu2..Tin